Este rinconcito es en español, una manera de no olvidar que aprendimos a cocinar judío en castellano.
El libro que traje conmigo desde Argentina se llama “La Cocina Judía, Tradiciones y Variaciones”, editado por editorial Shalom, 1984. Solo leerlo es un placer, y también una fuente de recuerdos de todo tipo: la bobe, la madre, las tías, las panaderías judías del once, la rotisería donde se compraba el pan Goldstein (Olom Ha sholom), el pastrón ahumado y los pepinos en salmuera que vivían todos juntos en un barril de madera cuyos estándares sanitarios eran los vigentes en el reinado de Salomón.
Las páginas están amarillas, y para sacarle la foto le tuve que limpiar la tapa, pero aún con todas las manchas es especial y yo lo quiero muchísimo. Ese tiempo de crecer judíos en Argentina no volverá más, por lo cual decidí rendirle homenaje en este blog.
Nota: las tazas, como medida, son tazas de allá. M.R., la única que tiene la verdadera taza, a lo mejor nos quiere dar la equivalencia en medidas americanas.
Aquí va una receta con gusto a té con limón:
Leicaj Negro o de miel:
Ingredientes:
2 huevos
1 taza de azúcar
½ vaso de café cargado
3 clavos de olor
½ vaso de aceite
1 vaso de miel
½ kilo de harina
2 cucharadas de polvo de hornear
½ cucharadita de bicarbonato
Jugo y ralladura de medio limón
Nueces picadas, a gusto.
Preparación:
Prepare el café cargado, con 3 clavos de olor en el agua (que quedan en el colador). Mezcle los huevos con el azúcar, la miel, el aceite, el jugo y la ralladura del limón. Tamice la harina con el polvo de hornear y el bicarbonato y agréguela a lo anterior mezclando bien. Incorpore las nueces pasadas por harina. Vierta la masa en la asadera aceitada y enharinada; ponga a horno fuerte durante 5 minutos, baje a mediano y luego a suave. Cocine durante 50 minutos, vigilando para que no se queme.
Miren que bueno!
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